ABC Contaminación del aire

La contaminación del aire se mide en concentración, que puede ser en masa por unidad de volumen (microgramos/metro cúbico), o en partes por millón (el número de moléculas del contaminante por cada millón de moléculas en el aire). Desde el punto de vista de salud lo relevante es la masa de contaminante que inhalamos al día y se usa la masa por unidad de volumen.

En la zona metropolitana de Monterrey predominan las partículas suspendidas en el aire y se categorizan según su tamaño como las PM10 y las PM2.5.

Las PM10 miden la masa de partículas menores a 10 micrómetros por unidad de volumen. Estas partículas son de 25 a 100 veces más delgadas que un cabello humano.

Las PM2.5 miden la masa de las partículas menores a 2.5 micrómetros, las cuales son de 40 a 100 veces más delgadas que un cabello humano. Esta masa de partículas también forma parte de la masa de las PM10.

Las PM2.5 son más dañinas ya que permanecen en el aire por más tiempo, recorren mayores distancias y entran con más facilidad al cuerpo humano por las vías respiratorias, llegando a alojarse en los alveolos e incluso, las más pequeñas menores a 0.1 micrómetros, pueden llegar hasta el torrente sanguíneo. Las PM2.5 están compuestas por varios elementos, que pueden incluir a elementos tóxicos como metales pesados y compuestos orgánicos.

Estudios respaldados por la OMS y otras instituciones de investigación muestran que las PM2.5 provocan a corto plazo: irritación de ojos, vías respiratorias, sinusitis, congestión nasal y tos. A mediano plazo: asma, bronquitis, y neumonía. A largo plazo: enfermedades cardiovasculares, infartos al corazón, derrames cerebrales, cáncer pulmonar, demencia senil, Alzheimer, bajo peso al nacer, bajo rendimiento escolar entre otros.

 

Los grupos sensibles – niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares – corren más riesgo de padecer los efectos negativos que causan las PM2.5.

 

Las PM10 y PM2.5 pueden ser generadas directamente por diferentes fuentes, o bien producirse en la atmósfera a partir de reacciones de gases como los óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y el amoniaco.

Las fuentes donde se generan se clasifican en fijas, móviles, de área y naturales.

Fuentes fijas: se identifican fácilmente como puntos de emisión, como son fábricas, pedreras, chimeneas, refinerías y todo tipo de fuente que se localice en un lugar fijo.

Fuentes móviles: automóviles, camiones, aviones, etc.

Fuentes de área: son aquellas localizadas en un lugar fijo pero son difíciles de contabilizar como zonas residenciales o comerciales, construcciones, obras de recarpeteo etc. Se reportan en forma agrupada.

Fuentes naturales: incendios forestales, erupciones volcánicas, eructos y los gases de los humanos y los animales, desechos orgánicos, etc.

Los contaminantes del aire son producidos por ejemplo por los motores de los coches cuando queman gasolina, las plantas de energía, las fábricas, las estufas, los asadores y las chimeneas que usamos para calentar las casas o para cocina.

El carbón, el gas y el petróleo liberan partículas de hollín cuando se queman.

Otro contaminante importante es el ozono (1 molécula compuesta de 3 átomos de oxígeno O3). Cuando el ozono está en la capa superior de la tierra protege al planeta de la radiación solar al absorber radiación ultravioleta. En cambio, en la baja atmósfera se forma por reacciones de óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos catalizados por la radiación solar.

El ozono en altas concentraciones tiene efectos adversos en la salud, como son irritación de ojos y del sistema respiratorio hasta llegar a causar daño a los pulmones tras varios años de exposición. 

 

La lluvia ácida es también resultado de reacciones de los contaminantes con el agua. La contaminación del aire, los óxidos de azufre y de nitrógeno se mezclan con las gotas de agua y forman ácidos, que caen como lluvia. Cuando esta lluvia ácida penetra en la tierra o cae en cuerpos de agua, estos hábitats se ven afectados por la acidez y provoca que la vida ahí se pueda llegar a extinguir.

 

 

 

 

 

 

Ante las altas concentraciones de pm10 y pm 2.5 en nuestra área metropolitana te proponemos estas recomendaciones.

Recuerda mantenerte informado y seguir las recomendaciones de la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Nuevo León en donde se publican las alertas y comunicados oficiales.

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