Entretenimiento Explosivo: Fuegos Artificiales.
Por Chantall Nickin y Sofía Garrido
PRECAUCION: Una vez prendidos generan temperaturas de varios miles de grados, tantos que son suficientes para fundir oro.
Los fuegos artificiales tienen su origen en la región China de Liu Yang. Es allí, donde un hombre llamado Li Tang desarrolló las primeras fórmulas y mezclas explosivas, inventando la llamada pólvora negra. Cuenta la leyenda que fue un cocinero en China quien hizo los primeros fuegos artificiales hace más de 1,000 años; cuando por accidente mezcló sal, azufre y carbón, y llenó una rama de bambú con estos ingredientes. Aunque la leyenda viene de China, por otro lado, se sabe que los griegos y romanos utilizaban fuegos artificiales como armas contra sus enemigos. También se cuenta que en la India antigua se usaban para ceremonias religiosas. Adicionalmente hay reportes históricos que mencionan que se utilizaron durante la boda de Enrique VII en 1486. La reina Isabel I de Inglaterra tenía un sirviente que se dedicaba exclusivamente a hacer los espectáculos con pirotecnia. Durante siglos, los fuegos artificiales se han utilizado no sólo para entretener a las personas, sino también como un arma en el campo de batalla.
La pólvora negra es la más utilizada, y está compuesta por un 75% de nitrato de potasio, un 15% de carbono y un 10% de azufre.
El uso de la pirotecnia produce los siguientes efectos:
- AIRE: La contaminación que producida por los gases de la combustión permanece varios días en la atmósfera y nunca desaparece del todo, cayendo al suelo y agua.
- SUELO: Los restos químicos de la combustión que caen dañan la tierra, plantas y cultivos; y los restos del cartucho de papel tapan las coladeras provocando inundaciones y malos olores.
- AGUA: Los restos químicos, habitualmente PM2.5 o menores, que caen al agua perjudican la fauna y ecosistema acuático,
- PERSONAS: Cuando respiramos las partículas suspendidas aumentamos el riesgo de sufrir embolias, infartos y padecimientos respiratorios entre otros.
- ANIMALES: El ruido lastima asusta a los animales, incluídas nuestras mascotas, provocándoles taquicardia, temblores, falta de aire, desorientación, pérdida de control y mucho miedo.
Celebremos de una forma más saludable.